charu para suavizar la ciudad



INFORME
PASANTÍA: CHARU PARA SUAVIZAR LA CIUDAD
PROGRAMA NACIONAL DE ESTÍMULOS
MINISTERIO DE CULTURA
BOGOTÁ, D.C.
COLOMBIA



                                      


CHARU SUAVIZA LA CIUDAD

I
            Hace quince años conocí al primer amigo indígena, Dwinari, quien me llevó a la Sierra por primera vez y que cambió mi vida. Su palabra se convirtió en propósito, le dió sentido al trabajo en la música, despertó en mí la busqueda espiritual. En aquel viaje en Nawusimake me comprometí con la Madre Tierra, con la Sierra Nevada de Santamarta y con el pueblo Arhuaco o Wintukwa, como realmente se llama. De ahí en adelante he estado rodeado de muchos Arhuacos o Iku, muchos de ellos músicos. María Teresa Villafañe, Seykumekun y su hijo Seyaringama, Julio Torres, con quienes fundé el grupo Mucho Indio, Dugunawin, mi primer maestro de Charu, Mamo Guneymaku, que vivió sus ultimos meses en mi casa, Mamo Dwavicu, Mamo Alejo, Mamo Terugna, Mamo Francisco, Teyrungumu, ikfísico y su madre Leonor Salabata, líder política. Todos ellos han ido llegando a mi vida sin estarlos buscando, y con ellos la música: el Chicote, que es la música de acordeón, y la Charu, flauta ancestral. Desde el primer momento la música iku me cautivó. Nunca había conocido tal alegría, tanta luz y poder energético en un son que parece el más simple del mundo, la conexión con el ancestro y su poder de hablar con el espíritu. Ví claramente estudiar esta música para poder aprender algo de esta sabiduría antigua. El sonido ancestral arhuaco podría enseñarme sobre el carácter espiritual de la música, cada vez más oculto en la música occidental, y que yo pretendo recuperar, como fundamento para la nueva música que componga y comparta.


II
            En el año 1990 mientras estudiaba en Musicians Institute en California, el gran maestro de improvisación en la guitarra Scott Henderson me dió una de las claves de mi carrera. La pregunta más normal en este tiempo era como desarrollar el fraseo propio, o sea, cómo hacer para dejar de sonar como practicando ejercicios para decir  algo de verdad al improvisar. Siendo Scott poseedor de un increíble fraseo, contó que su método consiste en transcribir cada melodía que le gusta, de cualquier tipo de música, de cualquier lugar, de cualquier época. Si alguna melodía le gusta debe estar en su libro. La melodía es la materia prima de la improvisación. Las melodías que nos gustan son las razones por las que hacemos música.  Al tocarlas, además de producir placer, se produce a largo plazo un efecto en el fraseo, que es como la personalidad musical del improvisador. El cuerpo la guarda en esa consciencia propia que no es mental, sino de relación entre el oído y las manos, que hacen un movimiento como el caminar, que parece hacen las piernas sin la intervención de la mente. Scott estudia siempre las melodías de su libro, compilación de miles de melodías de todo el mundo, les cambia la tonalidad, o el modo, o los acordes, añade algo o quita algo, alarga unos sonidos, recorta otros. Luego de un tiempo disfrutando de su melodía favorita, sin saber cómo ni cuando, la melodía entra en el subcosciente, y surge en el sólo de cualquier otra canción, en otro tono, con otro ritmo. El mismo solista no sabe que ocurrió pues está inmerso en el presente, que es el verdadero arte de la improvisación. Yo escogí seguir el mismo método aunque con la música folclórica de Colombia, y especialmente de la costa del norte que es donde está mi ancestro. A mi regreso comencé a aprender melodías de gaitas, clarinete, caña de millo, acordeón, y bullerengues y danzas cantadas, quería adquirir si podía el fraseo costeño. Hace quince años desde que comenzó mi encuentro con los pueblos indígenas comenzó también mi compilación de melodías indígenas. Esta incluye música de los Nasa, Misak, Inga, Tubú, Muinane, Tikuna, Yanakona, Kubeo, Tukano, Kankuamo, Wiwa y Wintukwa. De esta última conocida como Arhuaca es que trata esta pasantía. 


III
            Con Seyarin en 2008 comencé a trabajar el Chicote y cuando se unió su madre Seykumekun nació Mucho Indio. Decían que la música de acordeón se puede tocar a todo el mundo, que es bonita para la fiesta, para congregar y alegrar. Y que en cambio la música de Charu era muy sagrada y que no todo el mundo debe escucharla pues no todo el mundo la entiende. En 2012 en la Kankurua de Gunmaku, un pueblo arhuaco al occidente de la Sierra, tuve la suerte de escuchar al teti Gabriel tocar cuatro canciones en la Charu. Allá mismo él me dió mi primera flauta Charu. Me tomó dos años lograr que sonara. Por la misma época Dugunawin, oriundo de Seynimi -uno de los más grandes y tradicionales pueblos Wintukua al oriente de la Sierra- comenzó a acompañar el Cículo de Palabra que funcionó en mi casa durante tres años. Sentados en mambeadero me fué pasando 5 melodías que incorporé de inmediato a mi repertorio, no sólo de Charu sino también de guitarra y de banda. Algunas de estás fueron incluídas en el segundo disco de Mucho Indio. Hace 1 año se produjo mi encuentro con Busintana, Hermes Izquierdo -mi maestro en esta pasantía- en un encuentro entre mamos de una familia tradicional de la Sierra y el grupo de teatro Varasanta, con el que se pretende hacer una creación colectiva y bi-cultural. Allí toqué con Hermes por primera vez y se descubrió una gran llave sonora entre los dos, esa especie de telepatía musical que se da con pocas personas en la vida. Un mes después tuve la oportunidad de traer a Hermes a Bogotá, con el propósito de colaborar como investigador para la producción de una música que me fué encargada para una película de cine sobre pájaros. Aparte de este trabajo, dictamos dos talleres, y comencé a aprender del estilo de Hermes al tocar músicas que yo ya conocía. Casi un año después se hizo posible mi primer viaje de investigación financiado.
            Este trabajo se realizó en 4 etapas: 10 dias en Pueblo Bello, César, hospedado en Busintana, Jardín Bótánico. Exceptuando 2 días de descanso y dos intentos de socialización, cancelada ambas veces por lluvia, cada día comenzó con el trabajo de estudio de melodías con el maestro Hermes hasta el almuerzo, y seguía con el trabajo de transcripción, análisis, y arreglos preliminares de melodías, y por supuesto la práctica de la Charu así como el ejercicio de la composición, con el que pretendo desarrollar el conocimiento necesario para llegar a componer música arhuaca. Este trabajo queda documentado en video y audio de cada sesión, las partituras en notación occidental, y una versión para Mucho Indio de cada canción. Siendo este el más difícil y dado el tiempo que toma, lo que aquí se entrega es una maqueta de demostración de un disco que debe ser grabado en vivo en un estudio, es decir con todos los músicos tocando al tiempo, y en tiempo real. Esto debe ser financiado, y ensayado por el grupo durante una semana. Los arreglos y la parte compositiva ya están hechos. El material que se entrega ha sido grabado en mi estudio personal, yo mismo interpretando todos los instrumentos, uno por uno, uno sobre otro, lo que resulta en un sonido cuadrado, y editado, en el que no se improvisa mucho y no hay retroalimentación dinámica. Además, no se cuenta con el tiempo necesario en post producción y mezcla, por lo que lo aquí entregado no es el disco en sí, sino apenas una prueba testimonial del trabajo realizado en la pasantía.
            La segunda parte fué la grabación de 14 canciones interpretadas por el Mamo Juan Ramos y sus hijos en Nawusimake. Hermes siempre dijo que si yo quería tener una visión más exacta de la música de Charu debía ver y escuchar a un músico muy tradicional, de esos que no han tenido contacto con occidente, o muy poco. Y tenía razón. Yo nunca había escuchado un grupo de arhuacos tocando la Charu como es en la tradición. Nunca había escuchado la Charu Macho, con su maraca o el Chimboru, su tambor tradicional. Entonces Hermes gestionó todo el viaje con su amigo de infancia en Nawusimake Julio Mestre. Él condujo el Jeep, el cabrito, por esa trocha sólo transitable por un experto en la que se recorren sólo 6 millas en cuatro horas. El mismo Julio arregló con su hermana Elizabeth que nos hospedara en su bella casa cerca al río. Hasta aquí caminó el Mamo Juan con sus hijos. El acuerdo que hizo Julio con el Mamo Juan fue un intercambio. El mamo necesitaba unas grabaciones de acordeón, y accedió a grabar músicas de charu en trueque. Yo haría las grabaciones y Julio tocaría el acordeón. Se arregló así porque allá en lo alto de la Sierra se cuida mucho la cultura. Si le hubieran propuesto al Mamo que le grabara unas músicas a un Bunachi -no arhuaco- él se hubiera negado. Justo después de terminar la primera canción se dió cuenta del montaje y no quizo tocar más. Hermes y Julio le contaron de mi trabajo, de mi compromiso con la madre tierra y con la Sierra Nevada, de mi respeto y admiración por la cultura y la música Wintukwa. Entonces el Mamo pidió que tocara yo. Toqué varias músicas Wintukwa en la guitarra y él decidió seguir grabando. Grabamos Charus y Chicotes hasta que se agotaron todas las baterías y se llenaron las memorias. Tocamos hasta el atardecer con el Mamo y sus hijos, que tomaron camino, pues estaban a dos horas a pie, y cargando un tremendo bulto de mercado que les llevé como parte del intercambio. Como suele pasar, los mejores momentos sonoros ocurrieron cuando no se estaba grabando, iluminados sólo por el fogón en la Kankurwa abrigados con Chirrinchi de Tussilago hasta la media noche tocando, Charus, Chicotes y hasta vallenatos pues Julio es tremendo acordeonero. Al amanecer de esa noche fría en la que tuve mi encuentro con el espíritu, retomamos la música, y el chirrinchi de plantas con mucho café y envuelto de maiz, fogoneando con toda la familia. Luego de la recarga energética dada por la inspiradora caminata por este valle sagrado, escuchado el poderoso relato de la expulsión de los capuchinos, y con la imagen prístina de la madre naturaleza, Ati Kwanekun, emprendí sin querer el regreso a la civilización, con la contundente confirmación de mi propósito.
            Luego de un día de descanso en Pueblo Bello viajé a Minca, en la Sierra al lado norte, a buscar a Christian Castagno de Nueva York, uno de los mejores ingenieros de sonido de este país, y que ha montado un estudio en la Sierra. Fui hasta allí buscando saber sobre cómo grabar y mezclar la Charu. Hicimos dos grabaciones y hablamos largo sobre sonido y sobre la experiencia sonora de un New Yorkino en la Sierra, y de su vida alrededor de indígenas arhuacos. Su aporte en materia de concepto de audio es de gran utilidad para la producción del resultado de esta pasantía.
            La última etapa en Bogotá es trabajo de creación, de clasificación, trancripción, producción, de las músicas que se colectaron. Como resultado presento aquí el nuevo repertorio del disco de Mucho Indio -que será grabado proximamente-. Adjunto grabaciones interpretaciones y mezclas preliminares de 10 músicas así como las partituras correspondientes.
CH´KWIRO
ZAMAJUNA
PERU
BUTURE
MAKU
GWIAJINA
GALLINA RIZA
CHIVO PAROTI
SEMANA SANTA
CÓNDOR
            Estas nuevas antiguas canciones se han tocado en conciertos y talleres en Bogotá. En dos ocasiones después de mi regreso conseguí traer a Hermes desde Pueblo Bello. Se realizaron 2 socializaciones en Bogotá. Una conferencia en la Erasonera, centro cultural que dirijo, y un Concierto-Taller de Mucho Indio en Casa Kilele, en el que junto con Urián Sarmiento, Juan Ignacio Arbaiza y Juan Manuel Toro, Hermes y yo experimentamos tocar con la instrumentación arhuaca tradicional, descubriendo que trae de nuevo lo indígena a lo urbano y que pone el músico urbano o Bunachi en la música ancestral. No se le pidió a la gente firmar el acta de socialización pues debía cobrar la entrada al público para pagar el alquiler del espacio y ayudar a financiar el viaje y estadía de Hermes y el sueldo de los músicos, pues según decían la socialización debía ser gratis.
            El 19 de noviembre volví a Pueblo Bello a hacer la socialización con el gente Iku. Allí toqué con Hermes, descubrí a los niños soplando la Charu con gran interés, y haciendo que suene, cosa bastante díficil, y para mi gran sorpresa, una niña de 15 años tocando Charu. Esto nunca visto antes. Les conté lo que estaba haciendo con su música, les mostré grabaciones de lo que venía trabajando, y contestando sus preguntas me sorprendió gtatamente la abuela Margarita que dos veces no se resistió y comenzó a danzar. Queda en video la imagen de mi satisfacción de el agrado con que la comunidad recibió la música que hago y el tratamiento que doy a su cultura ancestral, y la felicidad de haber contribuído a fomentar el interes de las nuevas generaciones por la Charu como instrumento de la conservación de la cultura ancestral. Hace un año conocí a esos muchachos y nunca habían tocado. Hoy es claro que quieren, y destinaré del segundo pago el recurso para encargar al Mamo que construya unas buenas flautas Charu para cada uno de estos tres chicos.


IV
El aprendizaje obtenido con esta pasantía enriquece mi fraseo mediante el estudio por tiempo prolongado de estas melodías. Cuando estas hayan sido interiorizadas formarán parte de mi lenguaje musical y serán la materia prima de mi música próxima. Mi repertorio de música de Charu ahora se compone de 17 canciones, y sumando los Chicotes el repertorio arhuaco total es de 26 músicas. Queda también el material compuesto y arreglado para el tercer disco de Mucho Indio, que será grabado próximamente en vivo en estudio, y que seguirá el camino de conectar el mundo urbano con el sonido ancestral y espiritual, como forma de conocer nuestra escencia. Muchas personas en la ciudad están necesitando la verdad que mana de esta música. Compartir con ellas la paz y la luz, el gran poder de la suavidad de la cultura arhuaca y su música conecta a los citadinos con su espíritu, con su lado antiguo, y así suaviza la ciudad. También quedan diez nuevas versiones para guitarra sóla, que deberían ser publicadas en un libro, que complemente el primer tomo ya publicado por mí de partituras de músicas indígenas para guitarra. Este material será un aporte a la aducación musical de Colombia. Se suele aprender a tocar con material europeo del siglo XIX. Entonces qudan nuevas partituras de guitarra arhuaca, y las partituras de las melodías de Charu transcritas, que junto con los videos y audios hechos en trabajo de campo, conforman un archivo que puede ser consultado por las futuras generaciones. Hemos visto desaparecer culturas completas en la historia como la Muisca, o la Kankuama, que perdió recientemente la lengua. Entre los Tikuna de la Amazonía el problema ya está desbordado, los jóvenes no hablan la lengua, no saben la historia de origen, no conocen las danzas, o las músicas, y ya no saben nada de la selva. Al morir los viejos, se llevaran consigo toda la sabiduría. No hay froma de recuperarla. Pero sí hay acciones que ayudan a conservarla. Aquí hay un aporte, con las transcripciones, grabaciones, y material de archivo, un segundo libro de partituras para guitarra, y el tercer disco de Mucho Indio.



V
            La Charu es hija del Trueno. El nuevo disco es un homenaje al Padre Trueno, KakKwi Magüe. Cuentan que KakSerankua, el Padre Creador tuvo que tocar todas las canciones que existen en la charu para poder sacar a la Madre Tierra, Ati Seynekun, de donde se había escondido ofendida pués Serankua había probado con las tierras de todos los colores sin haberla escogido a ella, la Tierra Negra, la Tierra fertil. Si no existiera la Charu no habría vida material. Está ligada a la creación. La  Charu hembra se acompaña de un macho, que es otra Charu con las mismas medidas, pero con un sólo hueco. Las hembras tienen 4 o 5 huecos.
En el viaje a Nawusimake escuché por primera vez al Macho. Tiene un sólo hueco porque debe ser tocada con una sóla mano, pues la otra se usa para la maraca al mismo tiempo. Dado el alto grado de libertad en la interpretación del Macho, intuí que yo compondría melodías para el macho, basadas en contrapunto y reduciendo su alcance matemático a los pocos sonidos que produce. Pude entender que el arte del macho es intentar tocar la melodía que la Hembra toca con cinco huecos pero con uno sólo. Hay notas que no están, y necesariamente harán las veces de acorde, o de acompañamiento contrapuntístico, que en el caso de la tradición arhuaca es dejado en plena libertad. En cambio yo utilicé este concepto para componer unos nuevos machos, partiendo de la limitación física de este, lo que produce un ritmo especial. De ser interpretado en la guitarra completo el contrapunto con notas de la escala o crómaticas, posibles en los instrumentos occidentales. La Charu es un instrumento no temperado, y en mis intentos de fabricarlas, aunque he obtenido buenos resultados en terminos de afinación, cada flauta que hice está en un modo diferente lo que hace que cada melodía tenga una digitación diferente. Por ahora no sé por qué, pero que uno se aprenda una melodía en una flauta Charu no quiere decir que la pueda tocar en otra Charu. Cada flauta hay que estudiarla. Esto me acerca a esa forma natural del Mamo, sin haber tenido contacto con occidente, toca de frente al misterio, sin contar tiempos o identificar intervalos como terminamos haciendo los músicos occidentales, usando mucho la cabeza y impidiendo así el fluir del cuerpo y el espíritu.
VI
            Aparte de alimentar el repertorio del disco de Mucho Indio, y de la posibilidad que queda de consultar archivos de audio video y partituras de música arhuaca, y de el material didáctico para guitarra y flauta,  y de el desarrollo de mi fraseo indígena, la utilización que voy a hacer de este material que más me atrae y que no he trabajado aún, viene de un concepto Wintukwa. Serankua, el Padre Creador se simboliza en una rana pequeñita de la nevada llamada Gowna. Esta se representa en este símbolo:                            
                                        



                                                            
Dicen que el dibujo perfecto es Serankua pues es el agradecimiento por todo en el universo, para qué molestarse dibujando otras cosas o seres cuando en este se resume la meditación en la totalidad. Es algo así como el Om dibujado, y me hace pensar en el sufismo, en el que se hace arte sólo para Dios, como la poesía devocional y sanadora de Hafiz y de Rumi en la que sólo hablan de Dios. Pero aunque está presente en la mayoría de las mochilas, Serankua no se debe pintar como es . Al hacerle una variación y pintarlo en series uno a lado de otro se enfoca la atención en la figura que se forma al juntar dos serankuas variados, queda oculto pero su espiritu sigue ahí.

                              

                                                      



La aplicación en música es infinita. Si las músicas no se tocan como son, y uno varia su ritmo, y su escala, y su interválica, el resultado puede ser irreconocible como melodía tradicional, sin embargo fué el punto de partida  de una nueva melodía que conserva su cualidad espiritual y ceremonial. Haciendo el experimento toqué Winsi un día durante 4 horas, al menos diez versiones de la misma canción, usando sus intervalos con otro ritmo, o su ritmo con otros intervalos,  o invirtiendo sus intervalos o retrogradándolos, cambiando su modo, su tempo. El uso de las técnicas Bunachi de composición, como el contrapunto y la armonía, así como de tecnología moderna de grabación y programación de audio, o síntesis de sonido, provee muchas herramientas para variar una melodía. Para no pintar a Serankua como es. Estas melodías producen mil melodías cada una que contienen el espíritu ancestral, y que son fuente de inspiración, y material de estudio técnico de los instrumentos, forjando un fraseo ancestral y natural de este territorio.



VII
            Sin duda el descubrir el nuevo interés de los niños arhuacos por tocar la flauta es más gratificante para mí. Voy a poner especial interés como maestro en hacer un seguimiento  de su aprendizaje. Así como la familia me abrió su casa varias veces brindando alimento físico y espiritual yo pongo a su orden mi conocimiento y herramientas, para enseñar y producir, y así seguir ayudando a la preservación de la cultura. Al tocarla en vivo y ser compartida, la música Ikenvuelve al oyente en las ondas de paz y de conexión espiritual y ancestral con la Madre Planeta. El habitante de la ciudad necesita acercarse a esa conciencia.




VIII
            Hay cuatro líneas de pensamiento en la Sierra. Toda persona es de alguna de estas cuatro. Busintana, una de ellas es la línea que sigue el político, el negociante, o negociador, el maestro, el aprendiz, el que está dispuesto al intercambio cultural, que ve en ello una herramienta de conservación de la cultura. En cambio Gunkuku, -definida por hermes como Filosofía Astrónomica de la Antropólogía- no comparte facilmente la cultura. Más bien opina que la mejor manera de conservar la cultura es no mezclándose. Ambas tienen razón. Eterna discusión sin resolución. Otra gran lección de su gran sabiduría es que siempre se análizan las posturas y se hace un acuerdo. Esta posibilidad de cambiar de parecer permitió que el Mamo Juan Ramos, evidentemente Gunkuku, continuara grabando, cuando desconfiaba de las razones por las que yo, el Bunachi, estaba ahí grabando con aparatos su preciada música ancestral. Entendió que la manera Bunachi está descontextualizada de por sí, que hay muchas cosas que no podemos entender, no todavía, pero que esa manera diferente es parte de lo que occidente puede compartir en el intercambio cultural. Hay mucho conocimiento que el Bunachi perdió en la ciudad moderna, la paz, la armonía con la naturaleza, el poder de la comunidad con la guía espiritual filosófica y medicinal de los Mamos. Occidente debe aprender de ello. Para detener la destrucción de la naturaleza, evolucionar hacia un nuevo mundo en que lo urbano conviva con la naturaleza, debemos escuchar la palabra ancestral de los pueblos originarios. La cultura se pierde muy fácilmente, la presión globalizante de los medios económicos y de comunicación acecha cada vez más cerca a los territorios ancestrales y resguardos indígenas. Urge trabajar en maneras de convivir, complementándose, conservando la identidad cultural y fortaleciéndola, enseñandóla, compartiéndola, enriqueciendo otras culturas y a la vez enriqueciendose con sabidurías de otras culturas.


IX
            El resultado de este estudio está en un DVD que contiene videos del Mamo Juan Ramos, de las sesiones de aprendizaje con Hermes en Pueblo Bello, y de 2 socializaciones en Bogotá y otra en Pueblo Bello. Archivos de Audio de la Música producida en Bogotá por mí, como preproducción del disco de Mucho indio. También algunas partituras de Charu, de Guitarra, y de score para banda. Hay resultados de los que no se puede hacer seguimiento para este informe pues son de largo plazo. La música producida después de diez años de estudio y performancia de estas melodías, es algo que no podremos conocer sino hasta entonces. Si se logra hacer que los jóvenes continuen tocando, y talvez estudiando música desde el intercambio cultural, no cabe duda de la hermosa posibilidad musical que hay ahí. El tiempo dirá, como siempre hace.


                 

                                    

A continuación siguen videos y audios que muestran el proceso de aprendizaje en la Sierra Nevada de Santamarta, y parte del trabajo hecho con las músicas de los Arhuacos. Esto incluye composición basada en las melodías tradicionales, producción, grabación e interpretación por mí mismo de la flauta Charu, y de los demás instrumentos, como diseño de lo que será el nuevo álbum de Mucho Indio, y que debiera ser grabado en vivo en estudio. Cada audio y video se acompaña de una partitura. Luego algunos ejemplos en notación musical occidental de algunas de las músicas compiladas en este trabajo y que forman parte del archivo consultable que se está alimentando constantemente, y que constituye un aporte en la preservación de la cultura Arhuaca.



PERU



                                                                          peru audio

ZAMAJUNA






CH´KWIRO







TIKIKI

SOCIALIZACIONES EN BOGOTÁ





MAMO JUAN RAMOS Y SUS HIJOS en NAWUSIMAKE


Se desconoce por ahora el nombre de esta melodía. Temporalmente, hasta un próximo encuentro con el mamo la he venido llamando DESPUÉS DE SEMANA SANTA. Este fue el  tema que tocó luego de TIKIKI, de la que dijo es para ser tocada en semana santa. 





                                                                             



BUTURE







MAKU 






GALLINA RIZA


gallina riza audio



MATERIAL DE ARCHIVO


GWIA JINA



 




Este trabajo se hizo con el apoyo del Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura de Colombia, entre Agosto y Noviembre de 2018. 
participaron:
Hermes Izquierdo
Mamo Juan Ramos y sus hijos
Julio Mestre
Elizabeth Mestre
familia Chaparro
Sarah Kravitz
Sara Niño
Mamo Freddy
Mamo Ambrosio
Mamo Evangelio
Mamo Duavicu
Mamo Nefer
Marcela Ayala
Natalia Guzmán
Sergio Gómez
Mucho Indio:
Juan Ignacio Arbaiza
Urián Sarmiento
Juan Manuel Toro

La segunda etapa de este trabajo será la grabación en vivo la publicación de este material, para lo cual se buscará la financiación en el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de cultura del próximo año.

Por el apoyo, muchas gracias, o en Iku,  DUNI BERI




ERNESTO DUMAS OCAMPO YEPES

CC: 79484911 DE BOGOTÁ

































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